viernes, 25 de julio de 2008

Inspección de la Obra Básica y del Drenaje (I)


Dependiendo del lugar de emplazamiento del camino y, a veces, del tiempo transcurrido desde que se ejecutó la obra, las obras básicas del movimiento de tierras puede requerir de inspecciones muy frecuentes o muy espaciadas. Los caminos que cruzan la Cordillera de la Costa, por ejemplo, donde predominan los granitos muy intemperizados y erosionables, o donde existen taludes de cortes inestables, erosionables o de rocas muy fracturadas, requerirán de una frecuencia de inspección mucho mayor que un camino emplazado en el valle central, casi carente de cortes y con terraplenes de suelos granulares. Muchas veces los caminos emplazados en suelos poco estables presentan grandes derrumbes o deslizamientos de taludes los primeros 2 ó 3 años después de construidos, para luego, una
vez que la vegetación arraiga, decrecer rápidamente en su frecuencia y magnitud.

Por otra parte, la calidad del drenaje influye en la estabilidad de los suelos afectando la obra básica y, por lo tanto, puede alterar las conclusiones derivadas de las consideraciones anteriores.

Salvo en las zonas del norte del país donde no hay precipitaciones habituales, el drenaje es uno de los elementos que mayor influencia tiene en el comportamiento de los caminos. Tan pronto como se traspase un camino nuevo o mejorado
a la jurisdicción de mantenimiento, deben proyectarse visitas de inspección del drenaje cada vez que se presenten precipitaciones
de cierta intensidad, para verificar las bondades y carencias del sistema disponible. La materialización de los complementos requeridos debe programarse como de primera prioridad; será una inversión siempre rentable, pues resguarda un patrimonio importante, y disminuye el número de lugares donde la administración potencialmente debería considerar nuevas inversiones.

Cuando la inspección se realiza durante un período de precipitaciones especialmente intensas y se detecta una obra de drenaje que parece de capacidad insuficiente, antes de optar por alguna acción correctiva, debe comprobarse que la intensidad de la precipitación no hubiere superado a la de diseño. La Tabla 7.204.3A indica los períodos de retorno que se utilizan para el diseño de las obras de drenaje tal como lo señala el Volumen Nº3 del Manual. Si la intensidad resulta ser superior a la de diseño, se trata de precipitaciones no previstas en el período de retorno determinado para el diseño; por lo tanto no es una falla de diseño sino de niveles de precipitación muy por sobre lo esperado. Si es menor, quiere decir que ha habido un problema de diseño y/o construcción.

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