La madera como elemento de construcción de puentes está afecta a dos problemas principales: la pudrición y el ataque de insectos.
Los troncos están conformados por tres capas: la exterior, denominada corteza, que en general no es resistente; la intermedia que se denomina albura y la interior llamada duramen. La albura es usualmente más blanda y
de color más claro que el duramen. La pudrición y el ataque de los insectos comienzan la mayoría de las veces en la albura por ser más blanda.
En puentes y estructuras no es conveniente usar vigas de madera sin removerles la corteza (rollizos), pues ésta mantiene la humedad y, por consiguiente, acelera la pudrición. Por otra parte la corteza es también hogar de muchos insectos los que, potencialmente, pueden atacar al resto de la madera.
La pudrición es causada por hongos que atacan la albura de la madera; con la pudrición ésta se ablanda
y pierde resistencia.
La inspección de los puentes debe ser especialmente cuidadosa en las zonas en que existe un contacto alternado entre agua y aire. También son muy susceptibles de deterioro las partes en contacto con la tierra y los lugares
en que se acumula suciedad, deshechos, agua, y donde puede crecer vegetación, así como las uniones de piezas de maderas y las fijaciones. En algunos casos puede resultar difícil detectar la pudrición que se produce en los agujeros destinados a fijaciones (pernos, pasadores, etc.). Por otra parte, las rajaduras, que son comunes, permiten que entre el agua lo que acelera la pudrición.
Los efectos de la pudrición y de ataques de insectos pueden retardarse significativamente utilizando ma- deras tratadas con agentes químicos. Sin embargo, en general los tratamientos no alcanzan el corazón de la madera, por lo cual a veces la pudrición comienza por el interior, mientras que el exterior presenta un aspecto de madera sana; esta condición puede detectarse golpeando con un martillo.
Los principales signos que indican que una madera se encuentra en proceso de pudrición bajo la superfi- cie son: manchas producidas por el agua, áreas superficiales blandas, áreas blandas que están rajadas en pequeños bloques separados por agrietamientos, (es un signo de pudrición avanzada), y superficie cubierta de hongos, (signo de pudrición profunda de la madera).
Numerosos insectos atacan la madera; los más dañinos son el escarabajo cuernilargo del bosque y las termitas. En agua salada el gusano llamado broma puede atacar cualquier área bajo el nivel de marea, causando graves daños. Las perforaciones, que se manifiestan por la presencia de polvo de aserrín en las cercanías, y los túneles que hacen estos insectos y los gusanos pueden debilitar seriamente un puente. En cualquier caso, la existencia de unos pocos hoyos, de diámetros menores que 5 mm, generalmente no constituye un peligro grave, sin embargo, si la cantidad
de agujeros es significativa el problema puede ser serio.
Los principales deterioros que se dan en los tableros de madera se relacionan con la pérdida de clavos o pasadores, que dejan tablones sueltos, y con la pudrición y rajaduras de la madera. Sin embargo, también deben obser- varse las uniones de los tableros, puesto que las contracciones que experimenta la madera, así como las vibraciones provocadas por el tránsito, sueltan los pernos en las uniones, los que luego se pierden; se debe verificar el apriete de todos los pernos de una unión. Cuando las uniones de los tableros se hacen con planchas de acero, pernos y pasadores, deben inspeccionarse para establecer cualquier pérdida de pasadores y/o pernos, así como detectar posibles daños por corrosión, tanto de las planchas de acero como la de pasadores y pernos.
Los troncos están conformados por tres capas: la exterior, denominada corteza, que en general no es resistente; la intermedia que se denomina albura y la interior llamada duramen. La albura es usualmente más blanda y
de color más claro que el duramen. La pudrición y el ataque de los insectos comienzan la mayoría de las veces en la albura por ser más blanda.
En puentes y estructuras no es conveniente usar vigas de madera sin removerles la corteza (rollizos), pues ésta mantiene la humedad y, por consiguiente, acelera la pudrición. Por otra parte la corteza es también hogar de muchos insectos los que, potencialmente, pueden atacar al resto de la madera.
La pudrición es causada por hongos que atacan la albura de la madera; con la pudrición ésta se ablanda
y pierde resistencia.
La inspección de los puentes debe ser especialmente cuidadosa en las zonas en que existe un contacto alternado entre agua y aire. También son muy susceptibles de deterioro las partes en contacto con la tierra y los lugares
en que se acumula suciedad, deshechos, agua, y donde puede crecer vegetación, así como las uniones de piezas de maderas y las fijaciones. En algunos casos puede resultar difícil detectar la pudrición que se produce en los agujeros destinados a fijaciones (pernos, pasadores, etc.). Por otra parte, las rajaduras, que son comunes, permiten que entre el agua lo que acelera la pudrición.
Los efectos de la pudrición y de ataques de insectos pueden retardarse significativamente utilizando ma- deras tratadas con agentes químicos. Sin embargo, en general los tratamientos no alcanzan el corazón de la madera, por lo cual a veces la pudrición comienza por el interior, mientras que el exterior presenta un aspecto de madera sana; esta condición puede detectarse golpeando con un martillo.
Los principales signos que indican que una madera se encuentra en proceso de pudrición bajo la superfi- cie son: manchas producidas por el agua, áreas superficiales blandas, áreas blandas que están rajadas en pequeños bloques separados por agrietamientos, (es un signo de pudrición avanzada), y superficie cubierta de hongos, (signo de pudrición profunda de la madera).
Numerosos insectos atacan la madera; los más dañinos son el escarabajo cuernilargo del bosque y las termitas. En agua salada el gusano llamado broma puede atacar cualquier área bajo el nivel de marea, causando graves daños. Las perforaciones, que se manifiestan por la presencia de polvo de aserrín en las cercanías, y los túneles que hacen estos insectos y los gusanos pueden debilitar seriamente un puente. En cualquier caso, la existencia de unos pocos hoyos, de diámetros menores que 5 mm, generalmente no constituye un peligro grave, sin embargo, si la cantidad
de agujeros es significativa el problema puede ser serio.
Los principales deterioros que se dan en los tableros de madera se relacionan con la pérdida de clavos o pasadores, que dejan tablones sueltos, y con la pudrición y rajaduras de la madera. Sin embargo, también deben obser- varse las uniones de los tableros, puesto que las contracciones que experimenta la madera, así como las vibraciones provocadas por el tránsito, sueltan los pernos en las uniones, los que luego se pierden; se debe verificar el apriete de todos los pernos de una unión. Cuando las uniones de los tableros se hacen con planchas de acero, pernos y pasadores, deben inspeccionarse para establecer cualquier pérdida de pasadores y/o pernos, así como detectar posibles daños por corrosión, tanto de las planchas de acero como la de pasadores y pernos.
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