Primeramente se demarcará la zona que se presenta desnivelada respecto del borde del pavimento, o que
se encuentra en mal estado; la zona por reparar deberá cubrir todo el ancho de la berma, incluyendo el sobre ancho de compactación si lo hubiere y, en sentido longitudinal, quedará delimitada por líneas normales al eje del camino. En el borde exterior de la zona deberán colocarse estacas u otras marcas que definan tanto el límite del área por recebar como
la cota a que debe quedar.
La pendiente transversal de la berma no tratada estará comprendida entre un 4% y un 6 % en tramos rectos; en curvas se ajustará de manera que la diferencia entre el peralte y la pendiente de la berma no supere el
8%.
El área por tratar será escarificada utilizando procedimientos que aseguren que no se dañará el pavimento adyacente, ni las bermas cuya reparación no está considerada.
El escarificado deberá tener, como mínimo, 50 mm de profundidad, debiéndose retirar todas las piedras de tamaño superior a 50 mm.
La cantidad de material de recebo deberá calcularse de manera que, una vez extendido y compactado, se obtenga una superficie plana, con la pendiente prevista y a nivel con el borde del pavimento. La compactación deberá ejecutarse con equipos apropiados hasta alcanzar, al menos, el 95% de la D.M.C.S., según el Método LNV 95 o el 80%
de la Densidad Relativa, según Método LNV 96.
No hay comentarios:
Publicar un comentario