sábado, 15 de septiembre de 2007

Queiroz exige resarcimiento por la expulsión


La empresa brasileña emitió un comunicado en Río de Janeiro. Asegura que la rescisión del contrato para la construcción de la ruta Potosí-Tarija es “unilateral e injustificada”. No descarta recurrir a un arbitraje internacional.

La constructora brasileña Queiroz Galvao, cuyo contrato para construir una carretera en el sur de Bolivia fue rescindido el jueves por el gobierno del presidente Evo Morales, anunció ayer que pedirá resarcimiento por las pérdidas que le provoque esa decisión ´unilateral e injustificada´.

La empresa señaló en un comunicado que ´reafirma su disposición de hacer valer derechos legítimamente adquiridos y obtener el debido resarcimiento por los daños que por el caso venga a sufrir por la rescisión unilateral e injustificada del contrato por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC)´.

En una rueda de prensa ofrecida el jueves en La Paz por la presidenta de la ABC, Patricia Ballivián, afirmó que el contrato fue rescindido por las deficiencias de la carretera en construcción y por el ´incumplimiento´ en el cronograma de las obras.

La carretera, que la constructora brasileña se adjudicó por un costo de 180 millones de dólares y tiene 420 kilómetros, une a Tarija, Chuquisaca y Potosí, y busca mejorar las conexiones de Bolivia con Paraguay y Argentina.

El presidente Morales criticó el martes pasado a la Queiroz Galvao, al afirmar que la obligación de su gobierno es ´impedir que haya empresas que estén engañando al Estado´. Por su lado, uno de los abogados de la empresa brasileña, Alberto Sogayar, explicó que ´adoptaremos las medidas judiciales y administrativas que correspondan para garantizar nuestros derechos´.

´No descartamos la posibilidad de presentar una demanda para exigir indemnización por las pérdidas y daños, incluso de imagen, que podamos sufrir´, agregó. Según el abogado, el contrato entre la constructora brasileña y la ABC establece La Paz como el foro para la resolución de conflictos judiciales, pero la empresa no descarta la posibilidad de acudir a un árbitro internacional debido a que la carretera venía siendo construida con financiación del Gobierno brasileño. La constructora alegó en su nota que ´cumplió rigurosamente´ todas las obligaciones previstas en el contrato y que, por razones de seguridad y tras comunicárselo a ABC, apenas interrumpió la pavimentación en octubre del 2006 al detectar unas fisuras en algunos tramos de la carretera.

Pese a ello, agregó, ´la empresa prosiguió con la preparación de la tierra y los demás servicios en puntos en donde había atrasos por parte de la ABC en cuanto a la definición del proyecto, las remociones y las expropiaciones hasta entonces no realizadas´.

Queiroz Galvao aseguró que las consultoras internacionales contratadas por ambas partes para determinar las causas de las fisuras concluyeron que los problemas obedecían a ´causas ajenas a la ejecución de los servicios y consecuentes de las severas condiciones climáticas del altiplano boliviano´. De acuerdo con la empresa, las normas técnicas de la asociación estadounidense de construcción de carreteras, que fueron adoptadas por los proyectistas de las obras antes de la contratación de Queiroz Galvao, no tienen en cuenta los daños que las obras de concreto pueden sufrir por una altitud de 4.000 metros, baja humedad y cambios drásticos de temperatura. Río de Janeiro, EFE

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