En las vigas, arriostramientos y atiesadores, constituye deterioro o defecto cualquier elemento que se encuentre doblado, torcido, combado, abollado, presente fisuras, ya sea en el metal o en las soldaduras, tenga algún grado de corrosión, carezca de pintura o ella se encuentre muy deteriorada.
Las barandas que presenten elementos torcidos, doblados, abollados, que carezcan de pintura, se encuentren deterioradas o estén fuera del alineamiento correcto, deben repararse. Las cantoneras sueltas y/o torcidas deben reemplazar- se.
El acero se corroe si está en contacto con agua y aire y no se encuentra protegido; se puede proteger de la corrosión mediante procesos de galvanizado o pintura. El galvanizado es una delgada capa de zinc que cubre la superficie del acero y que se aplica mediante un proceso especial. En un ambiente natural, lejos del mar, el galvanizado protege el acero de
la corrosión durante un tiempo más prolongado que la pintura; en un ambiente marino, con el acero en contacto con agua
salada, el galvanizado rápidamente se pierde y el acero se comienza a corroer.
Ni el galvanizado ni la pintura permanecen por muchos años; cuando se deterioran el acero estructural nece- sita una nueva protección. Las superficies pintadas pueden ser repintadas; también el acero galvanizado puede cubrirse con una pintura especial rica en zinc, o con alguna otra pintura hecha especialmente para aceros galvanizados. Antes de aplicarse
la nueva pintura, el acero estructural debe limpiarse cuidadosamente removiendo la pintura vieja o el galvanizado y todo el
óxido, pues en caso contrario la nueva protección tendrá una duración muy reducida.
La pintura se deteriora rápidamente cuando el acero comienza a oxidarse. A menudo los primeros signos de falla son la aparición de pequeñas manchas de óxido en la superficial pintada. Estas manchas permiten que el agua entre bajo
el resto de la pintura, lo que causa más óxido, seguido de desprendimientos. Debe considerarse que la pintura se deteriora más rápidamente en las zonas de difícil aplicación, donde suelen quedar espesores muy pequeños. De igual modo, en ambientes contaminados y agresivos la pintura puede tener una duración menor.
Cuando se repara en forma oportuna la pintura y el galvanizado que presentan signos de fallas, la corrosión del acero estructural puede detenerse. Si no se efectúa un mantenimiento apropiado el acero se oxida.
La corrosión u oxidación es un proceso químico que se produce al quedar el acero en contacto con el aire y la humedad. Cuando el proceso de corrosión alcanza una etapa avanzada, los bordes de las planchas de acero comienzan a resquebrajarse en pequeñas láminas, proceso que se denomina laminación y que implica una perdida de resistencia, proble- ma que normalmente es serio por lo que se debe informar oportunamente.
En el caso de piezas unidas con pernos o remaches, el óxido que se expande puede llegar a producir el corte
de esos elementos. De igual modo, puede producir el agrietamiento del hormigón en estructuras compuestas, donde las piezas de acero en proceso de oxidación se encuentran en contacto con el hormigón.
Usualmente la oxidación más severa se produce bajo el tablero, ya que corresponde a una zona de ambiente húmedo, generado por la condensación o por un drenaje inadecuado. De igual modo, la suciedad que se acumula bajo los tableros u otros desechos tales como nidos de pájaros, ayuda a mantener la humedad que provoca la corrosión del acero.
Cuando un elemento estructural sufre una deformación, por ejemplo, por el impacto de un vehículo o de troncos
de árboles durante una crecida, la estructura puede debilitarse seriamente; la magnitud del deterioro debe ser diagnosticada por especialistas. Es importante entonces informar a la brevedad sobre los daños producidos, acompañando el informe con mediciones completas de las deformaciones y de los lugares en que se produjeron.
Las uniones de los distintos elementos de acero estructural se realiza con pernos, remaches o soldadura.
Las uniones con pernos o remaches sólo se encuentran en estructuras antiguas, en las que frecuentemente se pierden pernos o remaches por oxidación de los elementos unidos o de los propios pernos o remaches. En estos casos es necesario reponer los elementos faltantes, aparte de corregir el problema que provocó el daño.
Aún cuando su ocurrencia no es frecuente, algunos elementos de acero estructural presentan grietas o fisuras, que pueden originarse en fatigamientos del material por el paso de muchos vehículos pesados, por problemas en las soldaduras o por fallas en el acero.
La inspección debe hacerse cuidadosamente cerca de las soldaduras, hoyos, etc., que son los lugares donde estas fallas comienzan. Una falla de este tipo es grave y debe ser reportada con prontitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario