Los factores recién mencionados son fundamentales para determinar los recursos necesarios para el manteni- miento de una determinada red vial. Sin embargo, debe entenderse que, eventualmente, la programación podría insumir más recursos que los razonablemente disponibles; en tales situaciones una estrategia alternativa podría ser optar por limpiar durante la tormenta solamente las vías catalogadas como A y B, dejando las de Categoría C para después que ella haya terminado.
La organización puede estructurarse de varias maneras, pero lo fundamental es tener en cuenta lo siguiente:
En cualquier caso, el imperativo de cualquiera de estas organizaciones es disponer de un plan lógico y eficaz para utilizar el personal, los equipos y los materiales.
En el caso específico del país, donde parte significativa de las labores de control de la nieve y del hielo se realiza en caminos localizados en plena cordillera de Los Andes, donde las condiciones meteorológicas y topográficas son extrema- damente difíciles, los cursos de capacitación, los conceptos sobre seguridad y los sistemas de comunicaciones deben ser una preocupación prioritaria de la organización. Disponer de un sistema de comunicaciones expedito entre todas las unidades no sólo permite la reasignación de equipos y personal, mejorando la eficiencia, si no que, además, mejora substancialmente la seguridad con que se realizan los trabajos ante eventuales imprevistos climáticos o fallas de las máquinas.
Normalmente el despeje de la nieve se realiza bajo condiciones muy adversas, maniobrando sobre superficies resbaladizas, con visibilidad limitada y con los usuarios impacientes por reanudar sus viajes. Por consiguiente se requieren operadores perfectamente entrenados, con conocimientos completos de los potenciales peligros implícitos en el trabajo y de las medidas de seguridad que se deben considerar.
La organización puede estructurarse de varias maneras, pero lo fundamental es tener en cuenta lo siguiente:
- La asignación de vías o de tareas específicas por cuadrilla o grupo (a veces resulta conveniente contar con una cuadrilla experimentada para controlar el hielo en toda la red).
- Disponer de un sistema de alerta ante la proximidad de una tormenta.
- Establecer un sistema de turnos.
- Realizar cursos de capacitación y seguridad.
- Disponer de un muy buen sistema de comunicaciones.
- Contar con la maquinaria adecuada y con los medios para su mantenimiento.
En cualquier caso, el imperativo de cualquiera de estas organizaciones es disponer de un plan lógico y eficaz para utilizar el personal, los equipos y los materiales.
En el caso específico del país, donde parte significativa de las labores de control de la nieve y del hielo se realiza en caminos localizados en plena cordillera de Los Andes, donde las condiciones meteorológicas y topográficas son extrema- damente difíciles, los cursos de capacitación, los conceptos sobre seguridad y los sistemas de comunicaciones deben ser una preocupación prioritaria de la organización. Disponer de un sistema de comunicaciones expedito entre todas las unidades no sólo permite la reasignación de equipos y personal, mejorando la eficiencia, si no que, además, mejora substancialmente la seguridad con que se realizan los trabajos ante eventuales imprevistos climáticos o fallas de las máquinas.
Normalmente el despeje de la nieve se realiza bajo condiciones muy adversas, maniobrando sobre superficies resbaladizas, con visibilidad limitada y con los usuarios impacientes por reanudar sus viajes. Por consiguiente se requieren operadores perfectamente entrenados, con conocimientos completos de los potenciales peligros implícitos en el trabajo y de las medidas de seguridad que se deben considerar.
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