El patrón a que se ajusta el deterioro que experimenta una carpeta de rodadura no ligada, es decir granular, está fuertemente influenciado principalmente por factores tales como las características del tránsito (volumen, peso y velocidad de circulación), relación entre el espesor de la carpeta y la capacidad de soporte de la subrasante, condiciones del sistema de drenaje y características propias del material de la carpeta (granulometría, plasticidad, capacidad de soporte, nivel de compactación, etc.).
El deterioro se manifiesta fundamentalmente como: pérdida de la geometría de la sección transversal, pérdidas de materiales tanto finos como gruesos, segregaciones, ahuellamientos, erosiones superficiales, ondulaciones o calamina, baches y puntos o zonas blandas.
La deformación de la sección transversal por desplazamiento del material de la carpeta aumenta los riesgos de fallas por falta de drenaje adecuado y de accidentes, porque los peraltes de las curvas dejan de ser los que corresponden para
la velocidad de circulación prevista.
Las pérdidas de material originan una carpeta de propiedades diferentes a las que tenía cuando se construyó; ahora es menos estable, más propensa a experimentar deformaciones y más susceptible a los efectos adversos de la humedad. Los volúmenes que alcanzan las pérdidas de materiales en un determinado momento son difíciles de cuantificar sólo mediante una inspección visual y sin controles especiales; normalmente se acepta que alcanzan unos 20 mm/año. Consecuentemente,
la evaluación de la pérdida sufrida por una carpeta en un momento cualquiera debe ser necesariamente subjetiva, observando
si predominan los materiales gruesos o si predominan los finos y cuánto ha sido desplazado hacia los bordes de la carpeta. Salvo que exista penetración en la subrasante, generalmente las pérdidas de materiales se presentan acompañadas de segregaciones y dependen en gran medida de las características del tránsito, del tamaño máximo del agregado y de sus características (aristas vivas o rodado), entre otros factores.
La segregación más típica es el desplazamiento de la fracción más gruesa del material hacia los bordes de la carpeta y cunetas del camino, normalmente se forman cordones de materiales sueltos muy peligrosos para la estabilidad de
los vehículos. No se dispone de estudios que permitan cuantificar sobre cuales serían los niveles de severidad; sin embargo,
se estima que un cordón de material grueso suelto de más de unos 70 mm de espesor debería considerarse como de alta severidad.
Las erosiones superficiales son consecuencia directa de fallas del drenaje, lo que ocasiona zanjas en diferentes direcciones, arrastres de materiales que modifican la estructura del suelo que conforma la carpeta de rodadura y embancamientos
en cunetas y obras de drenaje de las vecindades.
Las ondulaciones o calamina son habitualmente normales al eje del camino y se presentan a intervalos más o menos regulares; originan superficies de rodadura extremadamente rugosas y dan una mala estabilidad direccional a los vehículos. Se clasifican en ondulaciones “sueltas” y “fijas”; las primeras consisten en crestas paralelas de material fino arenoso suelto, en tanto que las fijas tienen crestas duras y paralelas de material fino arenoso compactado. Las ondulaciones sueltas
se pueden remover con relativa facilidad con la motoniveladora; solución que también se puede adoptar como provisoria para
las ondulaciones fijas, teniendo presente, sin embargo, que para éstas últimas la solución definitiva consiste en reemplazar el material de la carpeta por otro, con una granulometría que hubiere demostrado que es menos propensa a crear este fenómeno.
Los baches son depresiones de forma más o menos redondeada causados por el tránsito al desprender partículas pequeñas desde la superficie; aumentan rápidamente de tamaño cuando almacenan agua. Se manifiestan de preferencia en caminos de alto tránsito y/o con problemas de drenaje. Originan superficies de una muy alta rugosidad y pueden causar daños severos a los vehículos cuando se dejan que proliferen en tamaño y extensión.
El ahuellamiento o surcos paralelos al eje es probablemente el factor de deterioro más típico que se origina en una carpeta granular; casi todas las otras fallas terminan por manifestarse como algún grado de ahuellamiento. Consecuentemente, su profundidad es un buen indicador para englobar muchas de las diversas fallas que suelen afectar las carpetas de rodadura granulares.
A pesar que resulta difícil ser demasiado categórico en el momento de clasificar la severidad de las diferentes fallas descritas, la Tabla 7.204.3C incluye una proposición al respecto.
Además de clasificar por el nivel de severidad por cada tipo de deterioro, es conveniente también considerar la superficie afectada, para lo cual se proponen los siguientes rangos.
Cuando la superficie afectada es mayor que la indicada para el nivel de severidad, se propone evaluar clasificando en el nivel de severidad que sigue. Por ejemplo, si el ahuellamiento tiene una profundidad menor que 20 mm (severidad baja) pero afecta más del 20% de la superficie (severidad alta), clasificar como de severidad media.
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