CONSIDERACIONES GENERALES
La forma más eficiente de ejecutar el mantenimiento es disponiendo de la estructura de carpeta o pavimento más adecuada a cada circunstancia y realizando las intervenciones de acuerdo con una estrategia previamente investigada y comprobada, que permita fijar una política de mantenimiento.
En el caso de las carpetas de rodadura granulares, en que no existen grandes alternativas técnicas de cuando
y como intervenir, la estrategia que optimizará los recursos consistirá en seleccionar la carpeta que mejor se adapte a las condiciones propias del lugar. Ello implica definir espesores y propiedades de los materiales por colocar; en algunas situacio- nes las gravas con un alto contenido de partículas de aristas vivas (chancados) pueden ser la solución más económica, en otras puede resultar mejor utilizar gravas arenosas de cantos redondeados, suelos locales estabilizados con un agente espe- cial u otras técnicas y/o materiales. En consideración a que, probablemente, el principal atributo de este tipo de carpetas es su relativo bajo costo, no es conveniente siempre utilizar un mismo material; debe elegirse la alternativa más adecuada para los suelos locales. Esto mismo es válido para las especificaciones de construcción de estos elementos.
En los pavimentos, que están conformados por materiales mucho más homogéneos, independientemente de donde se localice la obra, los deterioros se ajustan a patrones más complicados, pero al mismo tiempo más típicos, por lo que
ha sido posible desarrollar una diversidad de técnicas que están orientadas a solucionar los diferentes tipos de deterioro que
se presentan. En este caso el término estrategia conlleva dos aspectos que son indivisibles, la oportunidad en que se intervie-
ne y la técnica que se utiliza. Ello implica que la eficiencia técnica y económica de la intervención depende de la oportunidad
en que se ejecuta y del procedimiento que se aplica; éste último debe ser el más adecuado a las características de la falla que
se está subsanando.
En esta Sección se describen algunas opciones para diferentes carpetas de rodadura no pavimentadas, y se reseñan las técnicas que pueden aplicarse en el mantenimiento de pavimentos; ambas sirven para definir las estrategias esbozadas en los párrafos precedentes. Por su parte el concepto de oportunidad se describe en el Capítulo 7.200, Procedi- mientos, donde, mediante un sistema de calificación de las fallas, se puede definir el momento de intervenir. El sistema consiste en calificar las fallas de acuerdo con el grado de severidad que presentan; se establecen para ello tres grados cuya relación con la oportunidad en que corresponde intervenir es la siguiente:
- Severidad alta: se recomienda intervenir de inmediato, pues el problema se transformará rápidamente en otro más grave y/o atenta seriamente contra la serviciabilidad del camino.
- Severidad media: conviene programar la intervención a muy corto plazo, pues afecta moderadamente la serviciabilidad de
la ruta.
- Severidad baja: es un aviso que en el futuro próximo se deberá enfrentar una situación conflictiva. Debe programarse una intervención a mediano plazo, pues una intervención con carácter de preventiva normalmente resulta la estrategia más adecuada.
Los términos “a muy corto plazo” y a “mediano plazo” pueden parecer algo ambiguos, sin embargo, el lapso que
se tiene para intervenir depende de otros factores. Por ejemplo, en la Tabla 7.204.3B de la Sección 7.204, se propone consi- derar de severidad media un foso obstruido entre un 20 y 50%. El “corto plazo” de la intervención dependerá si la situación se detectó a la entrada o salida del invierno; en el primer caso, el lapso disponible puede ser muy corto, en tanto que en el segundo existe una mayor disponibilidad de tiempo sin correr grandes riesgos.
La forma más eficiente de ejecutar el mantenimiento es disponiendo de la estructura de carpeta o pavimento más adecuada a cada circunstancia y realizando las intervenciones de acuerdo con una estrategia previamente investigada y comprobada, que permita fijar una política de mantenimiento.
En el caso de las carpetas de rodadura granulares, en que no existen grandes alternativas técnicas de cuando
y como intervenir, la estrategia que optimizará los recursos consistirá en seleccionar la carpeta que mejor se adapte a las condiciones propias del lugar. Ello implica definir espesores y propiedades de los materiales por colocar; en algunas situacio- nes las gravas con un alto contenido de partículas de aristas vivas (chancados) pueden ser la solución más económica, en otras puede resultar mejor utilizar gravas arenosas de cantos redondeados, suelos locales estabilizados con un agente espe- cial u otras técnicas y/o materiales. En consideración a que, probablemente, el principal atributo de este tipo de carpetas es su relativo bajo costo, no es conveniente siempre utilizar un mismo material; debe elegirse la alternativa más adecuada para los suelos locales. Esto mismo es válido para las especificaciones de construcción de estos elementos.
En los pavimentos, que están conformados por materiales mucho más homogéneos, independientemente de donde se localice la obra, los deterioros se ajustan a patrones más complicados, pero al mismo tiempo más típicos, por lo que
ha sido posible desarrollar una diversidad de técnicas que están orientadas a solucionar los diferentes tipos de deterioro que
se presentan. En este caso el término estrategia conlleva dos aspectos que son indivisibles, la oportunidad en que se intervie-
ne y la técnica que se utiliza. Ello implica que la eficiencia técnica y económica de la intervención depende de la oportunidad
en que se ejecuta y del procedimiento que se aplica; éste último debe ser el más adecuado a las características de la falla que
se está subsanando.
En esta Sección se describen algunas opciones para diferentes carpetas de rodadura no pavimentadas, y se reseñan las técnicas que pueden aplicarse en el mantenimiento de pavimentos; ambas sirven para definir las estrategias esbozadas en los párrafos precedentes. Por su parte el concepto de oportunidad se describe en el Capítulo 7.200, Procedi- mientos, donde, mediante un sistema de calificación de las fallas, se puede definir el momento de intervenir. El sistema consiste en calificar las fallas de acuerdo con el grado de severidad que presentan; se establecen para ello tres grados cuya relación con la oportunidad en que corresponde intervenir es la siguiente:
- Severidad alta: se recomienda intervenir de inmediato, pues el problema se transformará rápidamente en otro más grave y/o atenta seriamente contra la serviciabilidad del camino.
- Severidad media: conviene programar la intervención a muy corto plazo, pues afecta moderadamente la serviciabilidad de
la ruta.
- Severidad baja: es un aviso que en el futuro próximo se deberá enfrentar una situación conflictiva. Debe programarse una intervención a mediano plazo, pues una intervención con carácter de preventiva normalmente resulta la estrategia más adecuada.
Los términos “a muy corto plazo” y a “mediano plazo” pueden parecer algo ambiguos, sin embargo, el lapso que
se tiene para intervenir depende de otros factores. Por ejemplo, en la Tabla 7.204.3B de la Sección 7.204, se propone consi- derar de severidad media un foso obstruido entre un 20 y 50%. El “corto plazo” de la intervención dependerá si la situación se detectó a la entrada o salida del invierno; en el primer caso, el lapso disponible puede ser muy corto, en tanto que en el segundo existe una mayor disponibilidad de tiempo sin correr grandes riesgos.
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