Las primeras obras que se iniciaron en el Tramo I de la carretera que unirá a Villa Tunari en Cochabamba con San Ignacio de Moxos en Beni, atravesando el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), fueron paralizadas el anterior lunes por la Dirección Departamental de la Autoridad de Bosques y Tierra (ABT) porque la empresa encargada de su ejecución, la brasileña OAS, no obtuvo la autorización para el desmonte, pues incumplió dos de los requisitos que se le impusieron para ejecutar esta obra.
El director de la ABT en Cochabamba, Carlos Antezana, explicó que el 18 de julio se instruyó una orden de paralización de las obras, pues, tras la presentación de la solicitud de desmonte y efectuados los análisis técnicos y jurídicos, se detectó “en el área jurídica (…) que había algunas cosas que faltaban por cumplir”.
Algunos de estos requisitos faltantes son la presentación de los documentos de consenso con la comunidad y el inventario general de masa boscosa que va a ser extraída”, dijo Antezana, quien explicó que “se les ha notificado con eso para que puedan ir subsanando”.
El funcionario de la ABT sostuvo que son necesarios en primer lugar el consenso con la comunidad porque “si el camino va a pasar por una propiedad privada, el propietario tiene que presentar una nota de consentimiento y como va a pasar por un montón de propiedades y comunidades, todas esas deberían presentar sus notas de consentimiento, y ese es uno de los requisitos que no se ha cumplido, seguramente ya lo tienen hablado, pero ahora lo tienen que formalizar”.
En segundo lugar, a pesar de que la empresa está obligada a presentar el inventario general de masa boscosa que va a ser extraída, Antezana sostuvo que hasta ahora lo único que presentó fue “un inventario por muestreo que no ha sido al 100 por ciento como se les ha pedido que hagan”.
El vocero de la empresa OAS, Pablo Síles, informó que desconocía sobre la orden de paralización de obras y explicó que en la zona “estamos haciendo trabajos que consisten en la finalización de los campamentos, drenajes, topografía, que son las primeras acciones que corresponden” y aclaró que como se trata de un campamento muy grande, se estaba construyendo “la planta industrial, la fábrica de tubos, la chancadora y todos aquellos elementos que deben estar listos, además de los trabajos de drenaje”.
Antezana informó que “nos comunicaron que OAS ya ingresó con la maquinaria para comenzar las tareas de desmonte, porque en realidad es una tarea de ampliación ya que en la parte en la que trabajan ya hay un camino que incluso está empedrado y lo que hacen es ampliar un poco a los costados y ante la situación, de que no se ha emitida todavía la autorización correspondiente, se le ha comunicado al agente auxiliar (de la OAS) que deben paralizar obras y tengo entendido que sí lo han hecho”, dijo y después reiteró que “el técnico de Villa Tunari está verificando permanentemente que no se avance en obras”.
Sin autorización
El Director de la ABT explicó que no pueden establecer desde cuándo se inició este trabajo sin contar con la autorización respectiva ni sobre la fecha en la que empezaron los trabajos, “no tenemos idea, porque nosotros hemos encontrado directamente la maquinaria en el lugar”.
Pero no pudo precisar la cantidad de kilómetros de desmonte que hubo en la zona porque según dijo “recién me van a pasar la información, como esto es reciente, he pedido el informe al técnico de la ABT que está en Villa Tunari” y sostuvo que se está realizando una inspección técnica de los trabajos que realiza la OAS para “verificar la información que se ha emitido respecto a la cantidad de árboles a ser aprovechados, superficie desmontada, si habrá desmonte o barbecho, verificar toda la parte técnica que propone en su solicitud la empresa”. “Una vez que la empresa subsane las observaciones (jurídicas), recién se les va a emitir la autorización”, explicó.
Este primer tramo se construirá desde Villa Tunari hasta Isinuta, 47 kilómetros. Desde Monte Grande del Aperé hasta San Ignacio de Moxos está el tramo III con 82 kilómetros según el diseño. La carretera tendrá una longitud total de 306 kilómetros. La zona más complicada es la que se encuentra en el tramo II, que precisamente es el que atraviesa el Tipnis y sobre el cual todavía no se tienen consensos con los pueblos indígenas yuracaré, chiman y mojeño trinitario.
El Director de la ABT explicó que las obras podrán retomarse cuando se presenten los requisitos exigidos y aclaró que no hay plazo fatal, pues “ellos pueden hacerlo en el tiempo que vean conveniente porque es un trámite propio de ellos. En cuanto presenten la documentación se vuelve a hacer la evaluación”.
Mientras esta situación se vive en el trópico de Cochabamba, algunos kilómetros antes, en el municipio de Sacaba, el vicepresidente Álvaro García Linera, aseguró que la carretera irá y que se cumplirán todos los requisitos que manda la ley.
Tierra estudia el tema
“Informe 2010: Territorios Indígena Originario Campesinos en Bolivia; Entre la Loma Santa y la Pachamama”, de la Fundación TIERRA que fue presentado la anterior semana describe en uno de sus documentos la problemática del TIPNIS, en el marco del proceso de saneamiento y titulación de los 258 territorios indígenas que demandaron este beneficio en el país y muestra las dificultades a las que se enfrentan y pueden enfrentarse los pueblos indígenas.
Según la investigación, los indígenas yuracarés, mojeños y tsimanesque que viven en el Tipnis, soportan desde la década del 70 las presiones de los migrantes de tierras altas que se asentaron en esos territorios y luego comenzaron a sembrar coca. En la actualidad esta tensión continúa, pero con el Gobierno central por su intención de construir la carretera que uniría Villa Tunari (Cochabamba) y San Ignacio de Moxos (Beni), cuyo trazo pasa por centro del Tipnis. El presidente Evo Morales, que a su vez es Secretario General de las seis federaciones de cocaleros, expresó una posición férrea al respecto el 29 de junio: la vía se construirá “quieran o no quieran” los indígenas.
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