Aplicación de arena y sal. Cuando se aplican los sistemas tradicionales de despeje de la nieve, es decir,
el trabajo se concentra en despejar lo precipitado, en ciertas áreas resulta imposible desprender costras de hielo que se adhieren a la superficie del pavimento. Así mismo, una vez que el camino ha sido despejado, las bajas temperaturas, especialmente durante la noche y en zonas especialmente sombreadas, pasos bajo nivel, puentes, cobertizos y otras, se producen películas de hielo que atentan muy seriamente contra la seguridad del camino. En esos casos y en esas áreas
del pavimento se aplicará arena a razón de unos 10 l/m2; alternativamente se podrá aplicar cloruro de sodio.
Tan pronto se detecte que el hielo se ha derretido, la arena esparcida debe retirarse pues constituye, en esas condiciones, un riesgo para la seguridad de los usuarios.
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