París y Londres están cada vez más unidas, ahora no sólo por el Eurostar -el tren que une las dos capitales por el túnel bajo la Mancha- sino también gracias a las bicicletas.
Para las dos ruedas se acaba de inaugurar una pista especial que va desde la explanada de la catedral de Notre Dame hasta el Puente de Westminster, dos emblemáticos monumentos de las capitales de Francia y Gran Bretaña.
Para muchos la iniciativa es un modo alternativo, económico y sobre todo ecológico para asistir a los Juegos Olímpicos que se realizarán en julio en Londres.
El recorrido -que impone una pausa de cuatro horas en ferry sobre el Canal de la Mancha- es de 408 kilómetros en tierra firme, si se elige pedalear en Francia por el valle de Epte, pasando por lo tanto por la casa que tenía el pintor impresionista Claude Monet en Giverny.
Sin embargo, si se decide viajar por la región de Beauvais el recorrido se alarga a 474 kilómetros. Los ciclistas más entrenados podrán llegar a destino en tres días, mientras los más lentos podrían tardar hasta dos semanas y podrían alternar el itinerario con varias travesías en auto o en tren.
El circuito de la Avenue verde en Francia utiliza rutas de campaña, donde hay poco tránsito, y viejas vías férreas abandonadas que fueron transformadas en ciclovías, como la que conectaba París con Dieppe (un puerto sobre la Mancha) y fue cerrada en 1988.
“Es sólo el comienzo -explicó Didier Marie, presidente del Colegio General de la Seine-Maritime, uno de los promotores del proyecto-, el trayecto será mejorado con nuevos carriles y calles reservadas sólo a los ciclistas”.
“Se trata también -agregó- de un nuevo aliento “para el turismo cultural y un nuevo tipo de turismo ecológico”. En cuanto a Gran Bretaña, la pista se extiende a lo largo de 170 kilómetros.
De este modo, se desembarca del ferry procedente de Francia en el puerto de Newhaven, se remonta en bicicleta a lo largo de un recorrido a los pies de un acantilado que lleva a la Marina de Brighton -una de las estaciones balnearias más de moda- y se sigue luego por la pintoresca Cuckoo Trail (“pista del cucú”), que atraviesa East Sussex antes de llegar al centro de Londres.
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