Los recursos que se requieren son función de los niveles de servicio que se determinen para las diversas vías de la red. Este indicador debe reflejar los resultados de un análisis sobre cual es la cantidad máxima de nieve que se puede tolerar sobre el pavimento de una determinada vía, y cuanto tiempo después de terminada la tormenta el pavimento debe quedar completamente limpio. En este análisis debe tenerse en consideración que las vías con mucho tránsito generalmente toleran menos acumulación de nieve que las de poco tránsito, por lo que en estas últimas el despeje puede retrasarse por algún tiempo.
La Tabla 7.202.1 Niveles de Servicio para el Despeje de la Nieve, muestra un ejemplo de criterios de niveles de servicio para vías clasificadas en tres diferentes categorías, de acuerdo con el tiempo de limpieza requerido.
El tiempo de limpieza indicado en la columna de la derecha de la Tabla 7.202.1 se refiere al lapso máximo que puede transcurrir, una vez finalizada la tormenta, para que la vía se encuentre limpia.
Los requerimientos para la acción de mantenimiento son, naturalmente, función de las condiciones atmosféricas, pero también juega un papel importante la densidad del tránsito. Aún cuando el nivel de las precipitaciones en forma de nieve es importante, el factor de mayor influencia es la temperatura del aire y, consecuentemente, la temperatura del pavimento. Este último factor es la variable individual que más afecta la elección de una estrategia para controlar la nieve y el hielo.
La Tabla 7.202.1 Niveles de Servicio para el Despeje de la Nieve, muestra un ejemplo de criterios de niveles de servicio para vías clasificadas en tres diferentes categorías, de acuerdo con el tiempo de limpieza requerido.
El tiempo de limpieza indicado en la columna de la derecha de la Tabla 7.202.1 se refiere al lapso máximo que puede transcurrir, una vez finalizada la tormenta, para que la vía se encuentre limpia.
Los requerimientos para la acción de mantenimiento son, naturalmente, función de las condiciones atmosféricas, pero también juega un papel importante la densidad del tránsito. Aún cuando el nivel de las precipitaciones en forma de nieve es importante, el factor de mayor influencia es la temperatura del aire y, consecuentemente, la temperatura del pavimento. Este último factor es la variable individual que más afecta la elección de una estrategia para controlar la nieve y el hielo.
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