Los trabajos para el asfaltado de la última fase de la carretera Oruro-Pisiga, que unirá las poblaciones de Toledo y Ancaravi, se iniciarán en menos de un mes. El consorcio boliviano español Intensus Latinoamericana estará a cargo de la construcción, mientras que la supervisión será responsabilidad de la Asociación Accidental Ancaravi.
El tramo forma parte de la vía que permitirá la unión física de Bolivia con el océano Pacífico, desde la ciudad de Oruro hasta el paso de Pisiga para conectarse con el puerto de Iquique (Chile), y hará posible la importación y exportación de productos desde y hacia ultramar.
La información fue proporcionada por Edwin Gonzales, responsable regional de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), quien señaló que para tal efecto ya se firmó el contrato entre la entidad a su cargo, la Gobernación del Departamento de Oruro y la empresa ejecutora.
La autoridad caminera informó que la firma del contrato para la conclusión del proyecto carretero de 56 kilómetros, entre Toledo Ancaravi, fue posible gracias a un financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF) a favor del Gobierno boliviano.
Según los datos proporcionados por la ABC, el costo total del segundo tramo de la carretera bioceánica (Toledo-Ancaravi) será de 196 millones de bolivianos, a los que se agregarán 11 millones de bolivianos para las labores de la supervisión.
El proyecto, financiado por la CAF con un 85 por ciento y una contraparte local de la gobernación orureña del 15 por ciento, será ejecutado en el lapso de 26 meses calendario.
Una vez que la obra sea concluida será el mismo consorcio boliviano español que se haga cargo del mantenimiento de la ruta por el lapso de tres años.
Gonzales explicó, por otra parte, que el contrato de asfaltado establece que de los 56 kilómetros del tramo carretero entre Toledo y Ancaravi, 42 tendrán pavimento rígido y 14 kilómetros serán con tratamiento superficial doble.
Adicionalmente se procederá a la construcción de puentes y otras obras de arte mayor, además de la edificación de dos estaciones de pesaje que estarán ubicadas en la localidad de Ancaravi.
Por su parte, el representante del consorcio boliviano español, Roberto Durán, manifestó que se trabajará con responsabilidad para cumplir con los puntos estipulados en el contrato, especialmente en los plazos establecidos, es decir los 26 meses de plazo para la conclusión de las obras.
En ese marco, señaló que en menos de un mes la empresa comenzará con el movimiento de tierras y el traslado de toda la maquinaria pesada para emprender las obras.
La carretera Oruro-Pisiga tiene cuatro tramos, de los cuales el 1, el 3 y el 4 están concluidos, por lo que sólo resta el asfaltado de el segundo, con lo que se terminará la totalidad del corredor bioceánico, que permitirá el transporte de productos a los puertos del Pacífico.
DATOS
• Tramo I Oruro-Toledo, con una longitud de 36.8 kilómetros. Costo de la obra $us 13.7 millones.
• Tramo II Toledo-Ancaravi, con 56 kilómetros. Costo para inicio de la obra Bs 207 millones.
• Tramo III Ancaravi-Huachacalla, con una extensión de 69.62 kilómetros. Costo $us 23 millones.
• Tramo IV Huachacalla-Pisiga, con una extensión de 71 kilómetros. Costo $us 30 millones.
El Pacífico y el Atlántico serán unidos por tierra
El proyecto carretero Oruro-Toledo-Pisiga es parte del corredor bioceánico que une los puertos del Pacífico de Perú y Chile con el puerto de Santos de la República de Brasil.
Bolivia, para el cruce de la cordillera de Los Andes a través del altiplano, tiene tres ramales, de los cuales dos están concluidos. El primero es La Paz-Desaguadero-Puerto de Ilo (Perú); el segundo, La Paz-Patacamaya-Tambo Quemado-Puerto de Arica (Chile); y el tercero en la fase de ejecución Cochabamba-Oruro-Toledo-Pisiga-Puerto de Iquique (Chile).
El proyecto, que tiene un total de 236,72 kilómetros de extensión, fue creado a través de la Ley 2022 como necesidad y prioridad nacional de construcción y asfaltado. La CAF otorgó el financiamiento de tres de los cuatro tramos.
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