Las autoridades de ABC y Obras Públicas explicaron las negociaciones con la constructora brasileña.
Los representantes cívicos de los pueblos del sur (Tarija, Potosí y Chuquisaca) decidieron suspender medidas de presión hasta el 10 de diciembre, plazo máximo para que la firma brasileña Queiroz Galvao acepte la reanudación de obras de la carretera Tarija- Potosí y Chuquisaca.
Una delegación encabezada por la prefecta chuquisaqueña, Sabina Cuéllar, se reunió ayer con autoridades del Ministerio de Obras Públicas y de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) para evaluar el estado de las negociaciones con la constructora brasileña.
Al finalizar el encuentro los dirigentes, la mayoría desconocidos, informaron que junto al Ejecutivo acordaron esperar el plazo fatal que se le otorgó a la firma para que presente una propuesta final de conclusión y reparación de las fisuras existentes en la carretera.
Si el 10 de diciembre no hay una respuesta positiva, indicaron que volverán a reunirse con las autoridades de Obras Públicas y la ABC para evaluar las acciones que seguirán.
El Gobierno y ABC amenazaron el jueves con ejecutar la boleta de garantía de 23 millones de dólares de la empresa Queiroz Galvao y lanzar una nueva licitación si es que ésta no retoma los trabajos de la carretera Tarija- Potosí hasta el 10 del próximo mes.
La constructora brasileña pretende continuar con las obras, pero exige un presupuesto de 45 millones de dólares adicionales para arreglar las fisuras que se presentaron en la vía carretera.
De esta manera, el costo de la obra puede aumentar de 226 millones a 271 millones de dólares, vulnerando el acuerdo al que llegaron en una adenda suscrita en mayo.
De este presupuesto, 217,5 millones deben dirigirse al pavimento y 8,5 millones al control de calidad del proyecto vial.
Los cívicos no quisieron adelantar criterios acerca de reanudar las movilizaciones y si están de acuerdo en que se lleve adelante una nueva licitación de la carretera.
La obra comenzó a presentar fisuras en alrededor de 90 kilómetros de su plataforma desde la gestión 2006 debido a que se había utilizado pavimento rígido en lugar de asfalto en su construcción.
Los representantes cívicos de los pueblos del sur (Tarija, Potosí y Chuquisaca) decidieron suspender medidas de presión hasta el 10 de diciembre, plazo máximo para que la firma brasileña Queiroz Galvao acepte la reanudación de obras de la carretera Tarija- Potosí y Chuquisaca.
Una delegación encabezada por la prefecta chuquisaqueña, Sabina Cuéllar, se reunió ayer con autoridades del Ministerio de Obras Públicas y de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) para evaluar el estado de las negociaciones con la constructora brasileña.
Al finalizar el encuentro los dirigentes, la mayoría desconocidos, informaron que junto al Ejecutivo acordaron esperar el plazo fatal que se le otorgó a la firma para que presente una propuesta final de conclusión y reparación de las fisuras existentes en la carretera.
Si el 10 de diciembre no hay una respuesta positiva, indicaron que volverán a reunirse con las autoridades de Obras Públicas y la ABC para evaluar las acciones que seguirán.
El Gobierno y ABC amenazaron el jueves con ejecutar la boleta de garantía de 23 millones de dólares de la empresa Queiroz Galvao y lanzar una nueva licitación si es que ésta no retoma los trabajos de la carretera Tarija- Potosí hasta el 10 del próximo mes.
La constructora brasileña pretende continuar con las obras, pero exige un presupuesto de 45 millones de dólares adicionales para arreglar las fisuras que se presentaron en la vía carretera.
De esta manera, el costo de la obra puede aumentar de 226 millones a 271 millones de dólares, vulnerando el acuerdo al que llegaron en una adenda suscrita en mayo.
De este presupuesto, 217,5 millones deben dirigirse al pavimento y 8,5 millones al control de calidad del proyecto vial.
Los cívicos no quisieron adelantar criterios acerca de reanudar las movilizaciones y si están de acuerdo en que se lleve adelante una nueva licitación de la carretera.
La obra comenzó a presentar fisuras en alrededor de 90 kilómetros de su plataforma desde la gestión 2006 debido a que se había utilizado pavimento rígido en lugar de asfalto en su construcción.
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